PVP 6 €
La Semana Santa de Sevilla tiene la tremenda capacidad de marcarnos a fuego cada una de las etapas de nuestra vida, así como de devolvernos a la infancia, de hacernos retornar, una y otra, vez a nuestra niñez a través de multitud de recuerdos imborrables y experiencias revividas.
Ahora que el tiempo de espera se agota -lenta y precipitadamente a la vez-, estamos a las puertas de una nueva Semana Santa, que no deja de ser como una nueva noche de Reyes, que año tras año hace que volvamos a ser niños. Con la misma impaciencia con la que el infante se despierta esa mágica mañana del seis de enero, a nuestro nazareno le desborda la ilusión. No pesan aquí las décadas de vida que le han ido cayendo a sus espaldas, ni las canas que peina desde hace tiempo, pues la inminente llegada de los días grandes hace que la arrolladora fuerza de la infancia se apodere de su ser.
Pocas cosas nos hacen tan felices como el nacimiento de una nueva primavera, una nueva Semana Santa «cargaita» de ilusión por vivir cientos de nuevos momentos. Por eso, cada año, con la llegada de estos días, somos como el niño con su juguete nuevo, inmensamente felices de poder jugar con él. Esperamos que la nueva versión del juguete de este año no se nos rompa entre las manos, que juguemos y lo pasemos bien, pero también que lo cuidemos y lo mimemos, porque nos tiene que durar muchos años.