En este libro hay gatos. Son negros, flexibles y están en estado de asombro permanente.
En este libro también hay habitaciones. Son habitaciones después de una mudanza, como si alguien hubiera entrado y se lo hubiera llevado todo. Habitaciones que salen de otras habitaciones y así sucesivamente.
No son amenazantes, algunas tienen ventanas al exterior y las puertas siempre están abiertas. Son las mismas habitaciones vacías con las que suelo soñar desde hace algún tiempo. También hay edificios, árboles en otoño y algún que otro puente. Sobre todo, hay perspectivas, pero planas. Es decir, perspectivas que se contradicen a sí mismas porque son incapaces de entender la profundidad.
En un momento como el actual, donde todo es volumen, profundidad, espacio y 3D, elijo sin dudarlo las dos dimensiones: el alto y el ancho de un papel. Admito que me impacta la arquitectura contemporánea, los edificios art déco, el brutalismo o las estaciones de trenes italianas. No puedo dejar de admirar los jardines botánicos victorianos, la ingeniería de Eiffel o las avenidas enladrilladas de antiguas fábricas inglesas. Me dejan impresionado Bernini y las esculturas de Chillida, con sus ángulos de 89° o de 91°. Claro que aprecio estas obras tridimensionales, pero, cuando estoy delante del papel, dibujando, venero por inalcanzables los relieves egipcios o los beatos románicos. Toda mi carrera consiste en la reivindicación de las dos dimensiones y también en el continuo fracaso por lograrlo.
Este libro, sin embargo, no es un libro sobre perspectivas, tampoco sobre gatos, puentes o habitaciones. Ni un libro de humor. No se puede encontrar aquí una historia o un mensaje. Cansados de ser cautivos de las pasiones, algunos buscan liberarse acudiendo a los maestros zen, que comienzan por anular el pensamiento racional mediante retos intelectuales imposibles. Este es un libro de setenta ilustraciones como setenta köanes. Algo así como setenta adivinanzas que no tienen otra solución más que la propia adivinanza. O, como decía Nabokov, «enigmas con soluciones elegantes».
Pablo Amargo
Pablo Amargo colabora regularmente en prensa y publicaciones periódicas (The New York Times, The New Yorker, Jot Down Magazine, El País, La Vanguardia, National Geographic…), así como en la realización de cubiertas (Planeta, Random House Inglaterra…), carteles y comunicación (Paris Quartier D´été, Cruz Roja, Fundación Germán Sánchez Ruipérez…) y, muy especialmente, en la ilustración de libros habiendo publicado en distintas editoriales tanto nacionales como internacionales (Bárbara Fiore, La Joie de Lire (Suiza)…).
Ha recibido diferentes premios entre los que destaca el PREMIO NACIONAL de Ilustración 2004 concedido por el Ministerio de Cultura de España.
Su libro Cats are paradoxes ha recibido la GOLD MEDAL 2017 por la New York Society of Illustrators, uno de los premios más prestigiosos en EEUU y el LAUS ORO otorgado por la ADG-FAD. Este libro también ha recibido el Award of Excellence 2017 (Communications Arts Awards EEUU), SILVER Award 2018 (Art Directors Club of Europe 2018), entre otros reconocimientos.
Cats are Paradoxes
ISBN: 978-84-943733-6-7
Autor: Pablo Amargo
Tapa dura: 21 x 21 cm
Páginas: 171
PVP: 18 €