PVP 6 €
¿Cuántas veces hemos arreglado nuestra hermandad en el bar? ¿Cuántas ilusiones y proyectos han nacido sobre sus servilletas? ¿Cuántos acuerdos -no oficiales- se han aprobado antes o después de los cabildos?
Los bares y las cofradías tienen una amplia historia en común, llena de pros y de contras, pues son como un matrimonio, que se quieren a rabiar y se odian sin querer. En ocasiones, los bares sirvieron para hacer auténtica hermandad, sobretodo antes del boom de las casas de hermandad; fueron refugio de sus hermanos, lugar de reuniones, avituallamiento de aguaores y mil cosas más. Otras veces han chocado de frente, regalándonos imágenes poco acordes con la razón de ser, e incluso con la estética, de las cofradías. Hay bares que las quieren, mucho, y otros que últimamente las están empezando a odiar.
Pero bueno, siempre se podrá arreglar todo en una buena barra de bar, con una par de cervezas, unas aceitunas y a zanjar las cuentas, sobre todo la que más nos gusta: bares + cofradías.